martes, 26 de diciembre de 2017

Javier Marías, mansplainer

Javier Marías se hace viejo, cascarrabias, cínico y guardián de las esencias. Iker Armentia lo explicaba muy bien, sin ser tan celebrado. En su último artículo, el insigne académico se digna darle clase no sólo a las feministas, sino a todas las mujeres (menos a Soledad Gallego-Díaz, quien quizá debiera ofenderse). El laureado ex-oxoniano se aburre, porque las mujeres siempre le hablan de lo mismo, o sea, de lo mal que se las trata. La consecuencia es inapelable: De tal manera que no es fácil interesarse por lo que escriben hoy bastantes mujeres, si no hablan más que de algo ya aceptado por todos y consabido. O sea, que si el divino Javier ya te ha oído, no hace falta que insistas, aunque ni él ni nadie te haya hecho ni caso. En fin, supongo que esto también es perspectiva de género.