El
New York Times conserva la tradición de mantener una muestra
conservadora en sus columnas de opinión. Puede que sea solamente una
hoja de parra, pero ofrece todas las semanas una visión alternativa
a la que domina el diario. De un tiempo a esta parte, Ross Douthat
cumple esta función con artículos que vale la pena leer. Por eso
uno reciente (16/5/2017) es
especialmente impactante.
Douthat
dice algo muy grave, y deja entender algo más grave todavía.
Expresamente,
con todas las letras, Douthat insta al partido republicano a
destituir a Donald Trump inmediatamente. Como suena: inmediatamente.
¿El motivo? Que es incapaz para cumplir las funciones de presidente.
Trump no padece
ninguna enfermedad, ni es un traidor; simplemente, no comprende las
exigencias del cargo ni tiene las cualidades imprescindibles para
ejercerlo:
One
does not need to be a Marvel superhero or Nietzschean Übermensch to
rise to this responsibility. But one needs some basic attributes: a
reasonable level of intellectual curiosity, a certain seriousness of
purpose, a basic level of managerial competence, a decent attention
span, a functional moral compass, a measure of restraint and
self-control.
En
esencia, dice Douthat, Donald Trump es un niño; por eso su
comportamiento es infantil y por eso no se le puede depositar una
responsabilidad propia de un adulto.
Si
esto parece grave, lo es más lo que se insinúa en el artículo.
Douthat
se remite a los colaboradores de Trump, tanto en la campaña como en
la Casa Blanca. No son los medios liberales, ni las fake news
que tanto indignan al presidente. Son sus asociados más inmediatos.
Douthat lo dice claro: members of his inner circle. Son ellos
los que dicen cada vez más claro que no le tienen respeto, que le
desprecian, que colaborar con él les asquea, que lo ven
como un crío, un vacío intelectual, un caso imposible.
Me
parece claro que Douthat está dando voz a otra gente, poderosa,
cercana a Trump, que no se atreve todavía a dar su nombre, pero que
está promoviendo ya, ahora, la destitución de Trump. Es gravísimo.
Entre
el vicepresidente, los ministros y los asesores presidenciales, el
gobierno de Trump comprende entre 35 y 40 personas. Una docena de
ellos tiene despacho en el ala oeste de la Casa Blanca.
Los
nombres de algunos conspiradores: Bruto, Galba, Casio, Casca,
Trebonio, Petronio … en total, serían unos 40, pero sólo se
recuerda el nombre de la mitad y aun de estos, de muchos sólo el
nombre.